Dentro del conjunto de soluciones al problema del cambio climático, un equipo de ingenieros de EEUU e Islandia, ha presentado una nueva propuesta tecnológicamente posible y muy ingeniosa, esta consiste en bombear dióxido de carbono (CO2) a grandes profundidades, donde se convertirá en roca dura. Como se recordara el CO2 es uno de los mayores responsables del calentamiento global y cambio del clima mundial.
El nombre del proyecto que involucra esta nueva idea se denomina CarbFix, y se concentra sus investigaciones en el suroeste de Islandia que posee numerosos volcanes y aguas termales. En concreto la idea busca bombear agua infundida de CO2 (lo que llamaríamos una agua mineral) hacia las profundidades del subsuelo volcánico donde abunda una roca porosa llamada basalto.
Al mojarse el basalto con el agua mineral, la reacción entre los dos se convierte en carbonatos, es una roca caliza dura en los espacios porosos del basalto. La roca caliza es básicamente calcio y dióxido de carbono, y el basalto al saturarse sus porosidades con el agua, en la reacción lleva consigo su endurecimiento en el proceso evitando que el CO2 escape a la atmósfera.
Una primera planta piloto inicia sus operaciones este mes de setiembre, la inversión inicial es de 11 millones de dólares a cargo de la compañía Reykjavik Energy, y sus socios el Instituto de la Tierra de la Univ. de Columbia y el Centro Nacional de investigación Científica de Francia, y pretende convertir en 9 meses 2000 toneladas de dióxido de carbono en mineral.
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