Una
proteína para combatir las enfermedades en nuestras lágrimas se ha atado a un
transistor pequeño, lo que los científicos de la Universidad de California de
Irvine – UCI para permitirles descubrir exactamente lo que destruye a las
bacterias peligrosas. La investigación podría resultar crítico para
trabajo a largo plazo destinados a diagnosticar el cáncer y otras enfermedades
en sus primeras etapas.
Desde que el premio
Nobel Alexander Fleming descubrió que las lágrimas humanas contienen proteínas
llamadas lisozimas (que es un excelente antiséptico) hace aproximadamente un
siglo, los científicos han tratado de resolver el misterio de como se podría
eliminar sin descanso bacterias mucho más grandes. Resulta que las lisozimas
funcionan como una especie de mandíbulas que agarran y mastican a través de las
filas de las paredes celulares como si alguien con hambre esta devorando una
mazorca de maíz, de acuerdo con los resultados que han sido publicados el 20 de enero en la revista Science.
"Esas mandíbulas
mastican las paredes de las bacterias que están tratando de entrar en los ojos
y las infectan", dijo el biólogo molecular y profesor de química Gregory
Weiss, quien co-dirigió el proyecto con el profesor asociado de física y
astronomía, Philip Collins.
Los investigadores
han descifrado el comportamiento de la proteína mediante la construcción de uno
de los transistores más pequeños del mundo - 25 veces más pequeño que un
circuito similar en ordenadores portátiles o teléfonos inteligentes. Las
Lisozimas individuales estaban pegadas al cable de alta tensión, y sus
actividades de alimentación fueron observadas.
"Nuestros circuitos
son como micrófonos de tamaño molecular", dijo el prof. Collins. Es como
un estetoscopio a su corazón, a excepción de que estamos escuchando a una sola
molécula de proteína.
Tomó años para que
los científicos de la UCI para montar el transistor y adjuntar una sola
molécula de las proteínas de lágrima. Los científicos esperan que la
tecnología misma permita ser utilizado para detectar las moléculas
cancerosas. Se podría tomar una década averiguarlo, pero que bien vale la
pena, señalo el prof. Weiss, quien perdió a su padre al cáncer de pulmón.
"Si podemos
detectar moléculas individuales asociados con el cáncer, entonces eso significa
que seríamos capaces de detectarlo muy, muy temprano", precisa el prof.
Weiss. "Eso sería muy emocionante, porque sabemos que si queremos
tratar el cáncer temprano, será mucho más eficaz, los pacientes se curan mucho
más rápido, y los costos serán mucho menores."
Este proyecto es
patrocinado por el Instituto Nacional del Cáncer y la Fundación Nacional de
Ciencias. Los co-autores del artículo de Science se Yongki Choi, Moody
Issa, Patrick Sims, Hunt Steven, Corso Brad y Pérez Israel.
Fuente: Science
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