Una manera de desplazar el empleo de combustibles de origen fósil, es sin duda el empleo y la masificación de los biocombustibles, los cuales se presentan como una solución adecuada a corto y medio plazo para reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Después de todo, no sólo puede ser cultivado en el país (para reducir la dependencia del petróleo extranjero). Ahora bien, los cultivos son también un proceso renovable y las emisiones netas de CO2 son inferiores a la quema de combustibles fósiles debido a que los cultivos absorben CO2 durante su crecimiento.
Aparentemente todos ganan, pero el problema surge cuando la masificación de estos cultivos, de hecho quitara area a los cultivos para alimentos. Aparte, sólo EEUU absorveran en el mediano plazo hasta casi el 80% de los actuales campos agrícolas , lo cuales tendrían que ser dedicados a la producción de maíz para etanol, si los actuales objetivos de producción de biocombustibles son ser satisfechas. Eso le quitaría una gran cantidad de la actual de la tierra dedicada a cultivos de alimentos y los encarecerá en desmedro sobre todo de las poblaciones mas pobres del planeta.
Mientras que un país como los EE.UU. podría importar el déficit, que parece tan contraproducente, ya que depender de las importaciones de aceite lo aleja de la independencia energética actual y la Ley de Seguridad, que fuera publicado en 2007, el mismo establece como objetivo de producción de biocombustible la cantidad de 35,9 millones de galones de etanol para el año 2022, frente a los 10.6 millones de galones de hoy.
El objetivo para el 2022, si bien es técnicamente alcanzable, no dice nada de el terreno adicional que se requerira para lograrlo; pero, a menos que la tecnología de biocombustibles avance de manera significativa en los niveles actuales, definitivamente mucho terreno destinado a alimentos pasara a etanol.
Se puede plantear el uso de pastizales, praderas o sabanas para su conversión, siempre ue no se afecte aquellas que son utilizadas para pastoreo de ganado, pero también es necesario que otras tecnologías en paralelo maduren para el transporte como la energía solar, las pilas de hidrogeno y con ello minimizar el impacto sobre la tierra y los alimentos.
Asimismo, un cambio generalizado en el uso del suelo podrían contaminar el agua dulce e incluso acelerar el cambio climático global. Parece que el debate sobre la viabilidad de los biocombustibles continuará a retumbar en el futuro previsible.
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