Este pequeño documento, elaborado a partir de un artículo referido a como actúa la mente humana, presenta un enfoque muy diferente y en mi opinión un gran avance en la comprensión de cómo funciona la mente humana y dependerá de ustedes estimados lectores como empleen o interpreten esta información para mejorar sus relaciones con los demás seres humanos con los que interactuamos diariamente a nivel de empresa, negocios, social, académico, en la vida familiar y sobre todo su vida personal; pero, buscando siempre el equilibrio.
La Mente Reactiva, de acuerdo con el prof. Jorge Olguín[1], la mente humana tiene dos partes fundamentales, la mente reactiva y la mente analítica. La mente reactiva no actúa racionalmente, pues se basa en impulsos instintivos. Todo el mundo posee mente reactiva. Ningún ser humano se encuentra libre de ella o del contenido aberrativo de su banco de engramas[2]. Este es el depósito o archivo de donde se nutre la mente reactiva. ¿Qué es lo que hace esta mente? Bloquea el recuerdo auditivo, provoca compulsiones, psicosis, neurosis, represiones y evita que el sujeto pueda razonar libremente, bloqueando los mecanismos de análisis.
El ser humano en su proceso de evolución tiene millones de años desde sus comienzos como homínido y la mente reactiva era necesaria para sobrevivir pues, al basarse en impulsos, permitía a ese hombre primitivo huir en lo inmediato, ante los peligros (un tigre dientes de sable, un megaterio, un terremoto, etc) o atrapar a la presa al instante de verla. Como su mente poseía un cerebro aún pequeño (de unos 500 cm. cúbicos), no estaba capacitado para razonar en el sentido abstracto, por eso primaba lo impulsivo sobre lo meditado. No había que decidir, había que obrar y la mente reactiva obraba, sin pensar. Con el tiempo, ese ser fue desarrollando su capacidad craneana, hasta llegar al hombre actual, el homo sapiens sapiens. Y entonces, surge la mente analítica, llamada también mente consciente, creando así un conflicto de poderes, con la mente reactiva.
La Mente Analítica, es la mente que razona y evalúa las posibilidades antes de tomar una decisión. El ser humano ya no se maneja con instinto ni actúa con impulsos. Eso transforma en fútil a la mente reactiva, pues el raciocinio reemplazó al instinto, Pero... ¿es tan así?. Si repasamos, vemos que la mente analítica es la que se expresa luego de analizar y la mente reactiva es la que reacciona automáticamente, sin analizar. Por lo tanto, con el advenimiento de la civilización, esa primera mente ya no tendría razón de ser...pero sigue manejando los hilos en la conducta del ser humano.
¿A qué se debe eso? A que la primer mente está "grabada" en el código genético desde hace millones de años y la segunda, la analítica, apenas está con la humanidad desde hace diez mil años y al no ser impulsiva, reacciona más tarde.
Una anécdota señalada por el prof. Olguín: estaba en una parada a la espera de un transporte público y al lado se encontraban un señor con un chico de cuatro años. El pequeño no se quedaba quieto en ningún instante, a pesar de las advertencias del padre. En un momento determinado, el padre reaccionó y, levantando al hijo del brazo, lo pateó descontroladamente en las piernas y lo dejó caer como un saco. A los cinco segundos reparó en lo que había hecho y alzó al niño, que lloraba desaforadamente, cubriéndolo de besos. ¿Qué había sucedido? El hombre había sido presa de su mente reactiva, actuando impulsivamente. Luego apareció su mente analítica, la que razona antes de actuar. Pero, al ser más lenta, no pudo evitar el hecho.
Otro de los frutos de la mente reactiva es el ego[3], el obstáculo más grande para el desarrollo humano. El ego hace que el sujeto protagonice a través de diversos yoes. Estos "actores" hacen el rol de víctima, de ofensor, de juez, de inquisidor y pasan de un estado soberbia a un drama de falta de autoestima en instantes.
El ego es la raíz de los engramas y está enterrado en la mente reactiva. Si no hubiera ego, no existiría la posibilidad de generar engramas. Los distintos traumas no tendrían cabida, pues el inconsciente no anhelaría deseos ocultos y el yo consciente estaría en armonía. Obviamente, el recién nacido no posee mente analítica, pues es puro instinto, necesario para su supervivencia. De todas maneras, a medida que pasan los meses, se va germinando en el bebé "esa mente que razona". Una prueba de ello es cuando llevan a algunas criaturas al médico y comienza a llorar, aún antes de que el profesional la revise. ¿Qué mecanismo hace que el bebé llore? ¿El consciente o el inconsciente? Ambos: Si consideramos como inconsciente a la mente reactiva, esta intenta defenderse de la supuesta agresión y el bebé reacciona en forma de llanto. Pero esa agresión fue previamente detectada por la mente analítica de la criatura que, a su manera y ofuscada por la mente reactiva, mal interpretó la revisión médica.
A partir de los dos años de vida aproximadamente, la mente analítica entra a formar parte del mundo de sensaciones del ser humano en forma definitiva, pero la mente reactiva, que hasta ese momento era absolutamente necesaria para diagramar una conducta que llame la atención, empieza a absorber en forma paulatina el conocimiento de la segunda.
Así aprende a "pensar", pero razona impulsivamente. Ahí nacen las equivocaciones, porque la mente reactiva que hasta ese momento era útil para la supervivencia, hace crecer el rol del ego consiguiendo que el pequeño ser humano empiece a necesitar más de la cuenta, creando roles de control. Entonces se genera un cuadro nuevo: la mente reactiva sigue expectante del entorno, pero ahora calcula primero con qué drama de control puede sacar más beneficio de los demás. Por eso surgen distintas facetas del comportamiento y la persona puede cambiar de humor de un instante a otro. Esa transformación la provocó la aparición de la mente analítica que, más adelante, se tendrá que ocupar de integrar los diversos "yoes" creados por el ego.
Es paradójico, la mente analítica le dio a la mente reactiva las herramientas para que ésta comience a manejar sus impulsos y transforme sus necesidades primarias en un inagotable apetito de control. A partir de ahí, la mente analítica será la encargada de encausar el empuje egoísta de la primera.
[1] Prof. Jorge Olguín, Psicólogo Cognoscitivo argentino
[2] Los engramas son como órdenes hipnóticas de alto poder, que inhiben el razonamiento de la persona, haciendo que la misma se maneje por impulsos. Los mismos son fruto de la mente reactiva.
[3] El ego, puede ser desde un estado de vanidad absoluta (se ignora a los demás), o puede ser un estado de depresión completa, donde resalta el rol de víctima.
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