Con ese grave hecho el Río Grande se unió a una creciente lista de una vez poderosos ríos que se están secando por el uso excesivo: el río Colorado en los EE.UU., el Yaqui, en México, el Indo en Pakistán, el Ganges en Bangladesh, el amarillo y el Tarim, en China y del Murray en Australia, junto con muchos otros ríos grandes y pequeños. En el caso del Perú, podemos poner de ejemplo al río Rimac en la región Lima que abastece de agua a la ciudad capital, prácticamente se esta secando, altamente contaminado y la fauna que albergo ya es historia.
Con ello la pesca en estos ríos otrora abundantes ha desaparecido. Asimismo, también se ha reducido fuertemente las fuentes subterráneas de agua y como se imaginaran los agricultores pierden cultivos.
Y detalle importante, como el agua es aspirada de los acuíferos, el suelo suprayacente y las rocas se pueden compactar o contraer en el vacío deshidratado, lo que podría hacer por ejemplo, que los edificios altos se tambaleen en la Ciudad de México, los automóviles puedan caer en sumideros en la Florida, o turistas ser deglutidos en los márgenes del Mar Muerto entre Israel y Jordania.
Con tantos ríos, lagos y acuíferos que se están secando, tenemos que preguntarnos:
¿Nuestro planeta se esta quedando sin agua?
Hoy en día hay agua en el planeta al igual que cuando se dieron los primeros signos de formación de vida.
Cada año, unos 110.000 millones de metros cúbicos de agua caen sobre la superficie terrestre de nuestro planeta en forma de lluvia o nieve. Esta dotación anual de agua cubriría toda la tierra a casi un metro de profundidad si se distribuyan de forma equilibrada, pero más de la mitad de todos lo pozos de agua se evapora rápidamente o es absorbido por los árboles, arbustos y hierba.
Más de un tercio sale a las costas, donde se ayuda a mantener el delicado equilibrio entre la sal y agua dulce de los estuarios, sin el cual gran parte de nuestra industria de los mariscos se vendría abajo.
De toda el agua que cae sobre la tierra, estamos consumiendo menos del 10% para crecer nuestras cosechas, suministrar a nuestros hogares, mantener nuestras industrias en funcionamiento, y generar electricidad.
Cada pedacito de agua que cae en tierra o en el mar o que se emplea para los esfuerzos humanos eventualmente se evapora de nuevo hacia el cielo como vapor de agua, la reposición de nuestro planeta es de nunca acabar el ciclo de agua dulce. No es que no haya agua en realidad está "perdido" en el ciclo global.
Entonces, ¿cuál es el problema? Es cierto que no podemos estar en problemas si estamos agotando menos del 10% del agua de forma natural renovable de la Tierra, y el ciclo del agua sigue trayendo agua año tras año.
Aquí está el truco: el agua que cae desde el cielo no está distribuida uniformemente en todo el mundo, y nuestras necesidades para con el agua no son las mismas en todas partes.
¿Por qué no podemos simplemente mover el agua desde lugares de abundancia a los lugares de escasez? ¿Por qué no podemos tomar el agua fresca que fluye hacia el Círculo Polar Ártico y redirigirlo a las ciudades sedientas del suroeste de Estados Unidos?
Estos planes han sido en los tableros de dibujo de los grandes especialistas y soñadores sobre el agua desde hace décadas. En verdad, lo único que ha dejado estas iniciativas es el hecho de que existen alternativas mucho menos costosas por lo general existen para satisfacer nuestras necesidades de agua en el corto plazo. Sólo tenemos que mirar hacia el Proyecto de Agua Sur-Norte de Transferencia en China por un referente de lo que pueda venir. El gobierno chino invertirá $ 62 mil millones para construir un sistema de tuberías y canales para transportar el agua durante cientos de kilómetros del río Yangtse a las ciudades sedientas y granjas en el norte. Una medida que sería como la canalización de agua desde el río Mississippi para satisfacer las necesidades de consumo de Boston, Nueva York y Washington.
Pero he aquí otra captura: Incluso si pudiéramos mover el agua a grandes distancias de una manera costo-efectiva, se necesita una enorme cantidad de energía para hacerlo. Casi el 20% de toda la electricidad usada en California - en todo el estado, cuyo sistema de tuberías es una reminiscencia de un diseño de Rube Goldberg - se gasta el agua en movimiento alrededor. La energía necesaria para mover el agua - y sus emisiones de carbono asociadas - no es de poca importancia en los esfuerzos para detener el cambio climático. Hasta que no tengamos abundantes fuentes de energía limpia a tal poder volver a la plomería de las fuentes de agua del planeta, no deberíamos invertir en ellos.
Y sin embargo, una consideración más importante : Debemos ser cuidadosos acerca de "robarle a uno para pagarle a otro". A medida que se secan un río o lago para cosechar o exportar su agua, la salud de las poblaciones de peces de agua dulce y los ecosistemas naturales se desploman. En casi todos los grandes ríos que han comenzado a ir en seco, la pesca se han visto diezmadas, lo que lleva a graves dificultades para la población local que dependen de esa fuente de alimentos para su subsistencia.
La conclusión que debe extraerse de todo esto: tenemos que hacer un balance de nuestras fuentes de agua locales y administrarlos con prudencia.
Este mapa representa el número de meses al año en el que el agotamiento del agua para usos humanos es mayor que el 20% del suministro de agua natural renovable en ríos, lagos y acuíferos (sobre la base de los promedios de 1996-2005). Más de la mitad de los más de 400 cuencas de agua analizadas están experimentando escasez de agua durante parte del año.
El balance de las cuentas de agua del mundo local
Casi la mitad de toda el agua que cae sobre la tierra termina en un río, lago o acuífero, antes de ser utilizados o fluye hacia el mar. Podemos pensar en estas fuentes de agua dulce como las cuentas individuales de agua. Algunos ejemplos: la cuenca del Río Colorado, la cuenca de los Grandes Lagos, y el acuífero de Ogallala.
Pero a diferencia de las cuentas de dinero, es insostenible para mover grandes volúmenes de agua de cuenta a cuenta. Por lo tanto, sólo tiene sentido prestar mucha atención al equilibrio en nuestras cuentas de agua locales.
En cuanto a la gestión de estas cuentas de agua, es muy útil pensar en ellos en la misma forma como usted piensa acerca de su cuenta bancaria personal: en el transcurso del año, a hacer algunos depósitos y se toma algunos retiros. Si continuamente se saca más de lo que depósito, estara en problemas.
La quiebra de nuestro uso insostenible del agua se puede medir en el secado de los ríos y el agotamiento de acuíferos. En muchas cuencas hidrográficas y los acuíferos que están sacando más de lo depositado por la lluvia o la nieve.
Hasta hace poco, no hemos tenido un balance decente o un mapa que nos diga como se están manjando las cuentas de agua.
El mapa de arriba es una buena medida ante la cantidad de agua se están agotando nuestras reservas de agua en el mundo. Este mapa elaborado a parftir de los trabajos de un estudiante de doctorado etíope llamado Mekonnen Mesfin y su mentor, Arjen Hoekstra en la Universidad de Twente en los Países Bajos. Para producir este mapa, Mekonnen y Hoekstra calcula la cantidad de agua en cada fuente de agua dulce se están agotando por la agricultura, la industria y usos domésticos. A continuación, comparó el volumen de agua que se agota con la cantidad de agua que fluye a los ríos, lagos y acuíferos cada año. Para cualquier mes del año en que el agotamiento del agua acumulada no supere el 20% del agua que cae del cielo, se marca como "agua moderadamente escaso." El mapa muestra cómo muchos meses se determinó que la escasez de agua en cada uno de más de 400 cuencas de los ríos a nivel mundial.
Una conclusión importante de este estudio: en casi la mitad de las cuencas de agua evaluados, más del 40% del abastecimiento de agua renovable que ya se está agotando.
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