La rapamicina es una droga que
proviene de bacterias que se encuentran en los suelos de la Isla de Pascua, que
ha ayudado a salvar vidas durante más de una década en la prevención del
rechazo en trasplantes de órganos, pero al parecer puede tener mas funciones.
La rapamicina debe su nombre a
Rapa Nui, nombre de la isla en el idioma nativo del Este de Polinesia. La droga
fue originalmente destinado a ser un medicamento antimicótico, pero el
descubrimiento de sus propiedades inmunosupresoras en la década de los noventa
empujó la investigación en una nueva dirección. Ahora, más de una década más
tarde, de esta definiendo a otro conjunto de nuevas y asombrosas propiedades de
esta droga, sobre todo con invertir el deterioro cognitivo del cerebro, que
incluirá a detener la enfermedad de Alzheimer.
Fue hace dos años que se supo por
primera vez acerca de esta nueva línea de investigación, y hasta ahora los
estudios en ratones han comenzado a dar sus frutos en forma por demás intrigante.
En un anuncio, La Dra. Verónica Galvin, del Instituto Barshop de la Longevidad
y Estudios de Envejecimiento de la Universidad de Texas señalo:
“Hemos logrado que los ratones jóvenes
aprendan y recuerden lo aprendido, mejorando lo que se considera normal. Entre
los ratones más viejos, fueron alimentados con una dieta que incluya la
rapamicina, se logro una gran mejoría, reduciéndose la caída normal que se ve observa
en las funciones con la edad”.
Lo que es más, los ratones que
fueron ubicados en un laberinto de alta elevación, que dicho sea de paso no es el
tipo de cosas que a estas criaturas les agrade naturalmente, que ha disfrutar de la madriguera, fueron más
curiosos y son menos atemorizados de su entorno cuando se les administra
rapamicina.
Hemos encontrado que la rapamicina
actúa también como un antidepresivo, que aumenta el nivel de persistencia de
los ratones que están tratando de salir de una situación en la que no se dé por
vencido, sino que se esfuerce más para salir de una situación incomoda. Se observa
que los ratones alimentados con una dieta que contenía rapamicina pasan mucho
más tiempo a la intemperie en los brazos de una pasarela que los animales
alimentados con una dieta regular. Así que podemos medir cuánto y con qué
frecuencia se esfuerzan como una medida de la motivación que tienen para salir
de una situación incómoda.
Todavía no se sabe si la droga
puede tener estos mismos efectos en el cerebro humano como lo hace en los ratones,
pero la buena noticia es que la rapamicina ya está aprobada para uso en seres
humanos, para que pudiéramos ver estos estudios y pasen a los ensayos clínicos en
un futuro relativamente cercano.
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